martes, 12 de julio de 2011

La esclavitud en Hispano-américa

   La esclavitud negra se introduce en América con el propósito de reemplazar en las Antillas a una población indígena que se extinguía rápidamente y de reforzar la fuerza de trabajo, debilitada en otros lugares del continente. Se pasó a considerar solamente el problema de la productividad y de la mano de obra, aceptando la esclavitud negra como fenómeno normal. Uno de los puertos de mayor comercio negrero fue Cartagena de Indias.

   La esclavitud era una institución social y económica conocida desde la antigüedad más remota. Había evolucionado partiendo de una forma posbélica, hasta llegar al dominio absoluto de un hombre por otro en el marco pre capitalista de la sociedad dela baja Edad Media. Es América la que da nueva forma y sentido a esta antiquísima forma de dominio del hombre por el hombre.

  Las primeras experiencias colonialistas de España y Portugal tuvieron estrecha relación con el tráfico negrero. Verlinden ha señalado la presencia  de mano de obra negra en las plantaciones y trapiches azucareros d la isla Madera en el siglo XVI; Portugal adquiere por esta misma época sus primeras posesiones en Guinea.

   Desde el siglo XIV las relaciones comerciales entre la península ibérica y el África mahometana del Norte fueron muy activas (Marruecos, Sevilla, Lisboa y Cádiz); el motor de todo esto era especialmente el oro, el trigo, el índigo, los esclavos mahometanos y negros. Cuando América entra en la escena histórica, está todo dado para que la corriente comercial que se estableció entre la Península y el nuevo continente tenga que relacionarse con la primera fase de la expansión, ya efectuada, desde la Península al África. Sevilla y Lisboa toman la directiva del comercio atlántico que se dirige a América.

   La importación de esclavos en gran escala obedece a causas estructurales e ideológicas profundas: todos los personajes importantes de las primeras posesiones españolas en las Antillas, pidieron al rey que enviara más negros a las islas. Se piden negros para hacerlos trabajar en las minas y lavaderos de oro, y se insiste en que esta mano de obra negra aliviará el peso que la población indígena está sufriendo al afrontar sola el trabajo que significa la producción de toda clase de bienes. otros agregan que el trabajo de un negro equivale al de cuatro u ocho indios. Las leyes de Burgos de 1512 no son otra cosa que una protección tutelar de parte de la Corona española hacia la población indígena; y se manifiesta en restricciones a la libre utilización de la mano de obra indígena.

   El aparecimiento y la consolidación de la esclavitud negra se efectúan en la región antillana, y se irá repartiendo sucesivamente en el resto de las regiones de América. La densidad de la población indígena antillana era relativamente baja y estaba aún en una etapa de desarrollo a nivel de la producción solo para la subsistencia y fines ceremoniales. Estaba menos preparada para soportar el régimen compulsivo de los primeros años de la ocupación europea: aumento de las horas y energías gastadas en trabajo, cambio  disminución de la dieta alimenticia e introducción de enfermedades exóticas.

   La primera etapa económica del período colonial americano fue "el ciclo del oro". Junto al trabajo de los lavaderos de oro surgió la necesidad de servicio para las casas señoriales y de auxiliares para los nuevos descubrimientos y conquistas; se necesitó más mano de obra para producir alimentos, cuidar ganados, transportar cargas, etc. Más tarde se requirieron más braceros para la explotación de las minas de cobre o de las plantaciones y trapiches azucareros. La población indígena no pudo resistir sola el peso inmenso que significaba toda esta producción. La esclavitud negra se impuso, pues, en la primera etapa de la expansión  española como una solución imperativa para la escasez de mano de obra.
Grabado hecho por De Bry: Indios derramando oro en la boca de un español
   Hasta 1570 aproximadamente el rey de España y el Consejo de Indias otorgaban a los conquistadores  una serie de garantías, regalías y excepciones, que se refirieron muchas veces a la esclavitud negra, recibieron autorizaciones para introducir cantidades considerables de esclavos negros en sus gobernaciones. El motivo era que a la mayoría de estos funcionarios les estaba vedado servirse de la población indígena para fines domésticos o comerciales. Aunque no pagaban derecho por su introducción y les estaba prohibido venderlos, esta última disposición casi nunca se cumplió.

   En el s.XVI la corona española siempre se veía en apuros económicos lo que la obligó muchas veces a confiscar las remesas de dinero de particulares, como conquistadores y mercaderes que llegaban a España desde la Indias. A cambio de estos préstamos forzosos pagaba un interés alto en juros, dichos juros se convertían luego en licencias para introducir esclavos negros en América.

Lugares de procedencia y principales destinos de los esclavos siglo XVI
y XVII.
   El sistema de juros vinculó directamente a los grandes conquistadores, que fueron también los primeros importadores de esclavos y los más importantes detentadores de la mano de obra negra.

   La esclavitud negra estaba pasando por dos momentos diferentes: el esclavo negro como mano de obra, y el esclavo negro como compañero y auxiliar del conquistador. Algunos grupos de negros participaron en las expediciones que descubrían y conquistaban. Los esclavos negros que participaron en la conquista fueron fácilmente aliados y auxiliares de los españoles, y muchos de ellos obtuvieron su libertad por este hecho.


Formas y evolución de la trata negrera

   En 1513 la corona española decide cobrar un impuesto por cada cabeza de esclavos que entrara a las Indias, lo que significó obtener una licencia/permiso previo a la introducción y al mismo tiempo fue el comienzo de una fuente de dinero impensada hasta el momento y cada vez mayor para la corona española. En pocos años la demanda de licencias creció en tal forma que los esclavos que llevaban los mercaderes portugueses a Sevilla para satisfacer la demanda de los reinos de Castilla no bastaron para América; entonces  se pensó en sacarlos directamente del África de una manera más rápida. 

   La Corona se reservó el privilegio de señalar de dónde se debían sacar los esclavos y a qué provincias o lugares de América se debían llevar para su venta; se podían sacar de Guinea o de cualquiera otra parte del Africa. Los negreros podían venderlos en Cuba, la Española 8actual Santo Domingo) y Jamaica, Yucatán y el resto de México. El aumento del contrabando a través del comercio negrero hizo que desde 1532 a 1589 no se volviese a otorgar licencias monopolistas, dado que encarecían el precio de los esclavos, y el comercio negrero quedó en manos de la Casa de contratación y del Consulado de Sevilla.

   En 1580 la corona de Portugal y de España quedaron unidas bajo el cetro de Felipe II, concediendo a los mercaderes portugueses el monopolio dela trata; con esto se intentaba solucionar en parte el problema de los fletes navieros y la falta de continuidad de la entrega de esclavos. Además se esperaba bajar considerablemente los precios. Felipe II y el Consejo de Indias decidieron entonces restringir las concesiones graciosas. 

  El primer asiento monopolista portugués fue firmado en el año 1595. Los esclavos podían ser extraídos de cualquier lugar, pero solo podían entrar a América por Cartagena de Indias. Entre las condiciones generalaes de los asientos se mantenía la prohibición de llevarlos a vender a Tierra Firme y las restricciones para Buenos Aires. En 1615 se agrega el puerto de Veracruz como puerta de internación. Los diferentes asentistas tuvieron sus preferencias, especialmente las Antillas, México y la costa atlántica de Venezuela y Colombia, produciéndose por esta razón una saturación del mercado y una sustancial baja de precios.

   Muchos otros lugares del imperio colonial fueron mantenidos con cuotas deficitarias de esclavos. Ecuador, Perú, Alto Perú, Tucumán, Río de la Plata y Chile reclamaban un abastecimiento más regular de esclavos. Como no lo conseguían, se abastecieron en forma ilícita a trabes del contrabando, organizado en gran escala en el Río de la Plata. El contrabando fue uno de los motivos del cese de los asientos portugueses, también desde el año 1599 la isla de Santo Tomé quedó en manos holandesas, por lo que los portugueses fueron perdiendo sus mejores posesiones en África y también el monopolio de la trata.

  Para 1640 la monarquía española está cada vez más débil, casi todas las potencias europeas tenían hacia esos años posesiones en África, menos España. El conflicto entre España  su antigua proveedora de esclavos fue aprovechado ventajosamente por Holanda, que llegó a obtener parte del flete naviero de Europa a las Indias. La falta de material naviero suficiente y de fuentes directas de extracción de esclavos fueron las causas determinantes que luego hicieron volver a los asientos monopolistas firmados con un solo mercader o compañía.

  Los nuevos asientos estipulaban cuotas anuales de negros que debían entrar en las Indias. Los derechos que pagaban los asentistas al rey por el monopolio se diversificaron en impuestos comunes, cobrados por los consulados u oficiales reales, y en la compra del monopolio propiamente dicho, para mantener este sistema resultó engorrosa la forma de licencia, y comenzaron a otorgar las concesiones a cambio de un pago del asentista por tonelaje de negros, en lugar de licencias por cabeza de esclavo. Los puertos principales de entrada fueron Portobelo, Cartagena, La Habana, Veracruz y Campeche.


Las compañías negreras


   A lo largo del s. XVII Portugal, Francia, Inglaterra y Holanda incorporaron al sistema económico de su expansión ultramarina el sistema comercial de compañías. El fin de la hegemonía holandesa es el año 1604, se firma un asiento con Bernardo Francisco Marín de Guzmán, un mercader de Caracas. La posibilidad de que el asiento fuera manejado desde las Indias entusiasmaba a la corona española, que creía de este modo recuperar su antigua autonomía y frenar el contrabando. Pero, Guzmán esperaba cumplir con el contrato a través de mercaderes y posesiones africanas portuguesas, para lo que había entrado en tratos con la llamada Compañía del Cacheo o Compañía Real de Guinea. Guzmán murió antes de firmar el contrato y la Compañía del Cacheo pidió la concesión. De este modo, los portugueses recuperaron el comercio de negros con América entre 1696 y 1705.


   Desde 1701 a 1713 el apoyo de Luis XIV, rey de Francia a su pariente Felipe V,como rey de España, trajo aparejada la preponderancia francesa en el comercio del imperio español y en especial en el de esclavos. La influencia política francesa está representada en el comercio negrero por la concesión hecha por España a la Real Compañía Francesa de Guinea en 1701. Las condiciones del contrato muestran claramente el estado de bancarrota de la real hacienda española; el rey participaba simbólicamente en la compañía, sin aportar nada pero pagando un interés anual. Los navíos y las tripulaciones podían ser francesas o españolas, podían llegar a casi todos los lugares de América, incluyendo algunos como Buenos Aires y Callao. En 1710 no pudiendo abastecer a las Indias de esclavos, la compañía se declara en bancarrota. 


   La Real Compañía obtenía sus esclavos de la costa de Guinea, que no proporcionaba la cantidad suficiente, por lo que se vio obligada obtener derogación de un de las cláusulas del contrato que prohibía sacarlos de las factorías de Mina y Cabo Verde, controladas por holandeses e ingleses. Cuando en 1706 consiguió por fin la derogación, ya era tarde para evitar la quiebra y la victoria total de Inglaterra.


   Inglaterra tenia capacidad marítima, capitales, territorios en África y estaciones en América, como para asegurar el normal abastecimiento de negros. La corona inglesa entregó el monopolio de la introducción de esclavos en Hispanoamérica a la South Sea Company (Compañía del Mar del Sur) por 25 años. La compañía fue organizada por banqueros y capitalistas ingleses, alcanzando su máxima prosperidad hacia 1719. El centro de acumulación y reparto de negros fue instalado en las islas Barbados y Jamaica. España e Inglaterra iniciaron acciones bélicas en 1718, 1727 y 1739. La compañía sufrió desmantelamientos y confiscaciones de las factorías instaladas en los puertos americanos.


  La guerra con Inglaterra de 1739 obligó a la corona española firmar algunos asientos con algunos particulares. Estas concesiones rompieron con el monopolio de la Compañía del Mar del Sur. La guerra de 1762 repercutió en las posesiones coloniales y precipitó la transformación de la trata. En 1764 se inauguró el sistema llamado de los navíos de correos, que puedieron llevar mercaderías libremente a muchos puertos; la supresión de antiguas formas facilitó la corriente comercial entre los más importantes puertos españoles y la región del Caribe. De la nueva guerra en 1779 se permitió que cualquier súbdito español pudiera importar esclavos desde España o de cualquiera de las potencias neutrales, exceptuaron el Río de la Plata, Chile y Perú.Terminada la guerra, en 1783, se volvió al sistema anterior, pero quedó un ambiente propicio a la libertad completa de la trata y se ampliaron las facilidades de importación fijando un precio máximo único para cada esclavo y reduciendo los derechos reales de importación. 


   Desde ese momento la presión por conseguir la libertad de la trata fue mayor y creciente. El rey Carlos IV, en el año 1789, decretó la libertad de comercio de negros para las provincias de Caracas, Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico. En 1793 se autorizó a los súbditos americanos para que de las Indias pudieran pasar directamente al África en busca de negros, llevando productos de la tierra para pagar las transacciones y sin pagar derechos por ellos.


   La guerra con Inglaterra de 1804 y la iniciación del movimiento abolicionista de la trata inglesa, en 1807, repercutieron directamente en la importación de negros. La corriente negrera se suspendió casi absolutamente, pero esto no significó ni su extinción ni la abolición inmediata de la esclavitud.


Fuente: Mellafe, Rolando. "La esclavitud en Hispano-américa"

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