viernes, 8 de julio de 2011

La civilización

La cultura ribereña

   Con la construcción de canales y presas, surge una nueva clase de agricultura, basado primero en el riego natural y luego en la irrigación por medio de canales.


   La aldea deja de ser la unidad económica natural. Las avenidas de agua no respetan sus límites, por lo que es preciso que muchos poblados trabajen unidos para la construcción de canales y presas, repartiéndose luego el agua; de esta manera aumentaban los beneficios de cada una de ellas. Esto supuso un nuevo adelanto en la producción de alimentos, permitió que un número mayor de personas habitaran un mismo territorio, lo cual condujo a un cambio en la organización social.

Extensión de la coordinación social

   La coordinación en un área mayor que una simple aldea era necesaria para que la agricultura funcionara a pleno rendimiento. Por ejemplo; cuando las tribus de las aldeas del Nilo se federaron o fueron conquistadas, hasta integrarse en una sola unidad económica,produjeron un suplemento de riqueza.

   La civilización sólo pudo originarse y echar raíces en los valles ribereños de agua abundante, para sus cultivos. Más tarde se fue propagando por la realización de obras hidráulicas para elevar el agua a canales elevados, excavando pozos y construyendo presas, pero hasta llegar a la Edad de Hierro nunca pudo salir de las llanuras de aluvión. Por eso las primeras civilizaciones estuvieron limitadas a cierto número de regiones favorables: Mesopotamia, Egipto, los valles del Indo, etc.

El origen de la ciudad

   La ciudad se diferencia de la aldea en que la mayoría de sus habitantes no son productores de alimentos que trabajan el campo, sino que son administradores, artesanos, comerciantes y trabajadores. Antes de que pueda fundarse una ciudad es necesario que la técnica agrícola haya alcanzado un nivel tan alto que pueda mantener con sus excedentes a los no productores de la ciudad, pero esta técnica exige una organización centralizada y supone un cuerpo de administradores que cubra cierto numero de aldeas. Aquella que contuviera el templo de dios totémico principal, se iría convirtiendo en la ciudad que recogería y almacenaría los excedentes de las restantes aldeas.

   Una vez establecida la ciudad aparece una nueva división: la que se da entre la ciudad y el campo. El suplemento que proporcionaba la nueva eficacia de la agricultura iba a parar a la ciudad y quedaba muy poco para los aldeanos.

La evolución de la vivienda

   Al principio las ciudades no diferían de las aldeas: se componían de chozas, un corral para los animales y una habitación para la familia, compuesta por personas de varias generaciones, sirvientes y esclavos.  A medida que crecía la población se iban añadiendo más cabañas en torno a un patio, generalmente dotadas de techo, que llegaron a ser las primeras casas verdaderas. Se comenzó a construir con ladrillos de barro, ya que con las cañas eran mas probable el peligro de incendios.

   La vida de la casa se centraba en el patio; las parees exteriores carecían de ventana. Luego aparecieron los pisos superiores y las ventanas. Los espacios entre casa y casa se convirtieron en calles. A medida que crecía la riqueza, con ella también crecía el peligro de guerra, por lo que se construyó una muralla. Ante la amenaza de lucha civil se construyó una fortaleza interior.

   La ciudad se construía en torno a un templo, en la que el dios era ayudado por sus sacerdotes. La institución de los dioses se origina de la exaltación de los simples espíritus del clan por la nueva riqueza disponible. Los sacerdotes formaron la primera clase administrativa, disfrutando de un estatuto definido y correspondiéndoles funciones muy importantes: organizaban la distribución del agua y las simientes, la siembra y la cosecha, el almacenamiento del grano, la distribución de los rebaños y el reparto de los productos.

  Era necesario un cuerpo de servidores del tempo para recaudar, almacenar y guardar los beneficios excedentes, así como realizar nuevas construcciones y obras de conservación. También personal para preparar ceremonias y fiestas. Estas actividades tendían a especializarse más y desligarse de la agricultura. Los albañiles  y carpinteros, los alfareros y tejedores, los carniceros, panaderos y licoreros se congregaban en torno al templo. La primera división del trabajo tuvo lugar cuando estos artesanos se dedican exclusivamente a esas tareas apartándose de la tierra. Luego, nuevos oficios como la joyería y la metalurgia se añadieron a los antiguos.

Las técnicas de la civilización

  Evolucionan las técnicas de la civilización con el descubrimiento de los metales, en especial el cobre y el bronce. Se comenzaron a producir instrumentos y utensilios metálicos, que eran mucho más valiosos y duraderos que los de piedra, al igual que las armas y por otra parte las vasijas metálicas podían ponerse al fuego sin romperse.

   La metalurgia del bronce, la plata y el oro parece haber sido una tarea especializada en manos de cerrados gremios de forjadores, que formaban un clan profesional. El uso de instrumentos metálicos, como el cuchillo, el cincel y la sierra, transformó el trabajo de la madera e hizo posible la carpintería y la albañilería a gran escala.

  Las primeras civilizaciones desarrolladas en torno a los valles fluviales de los grandes ríos, deben haber dependido sobre todo del transporte fluvial. Construyeron canoas y balsas primitivas, para luego construirse embarcaciones útiles para transportar mercancías en cantidad. Las primeras se impulsaban a remos o mediante bicheros. Hasta que se descubrió la vela, siendo prototipo de los molinos de viento y de agua, de las máquinas a vapor y de los aeroplanos.

   El comercio marítimo hacía necesario el aprendizaje de un método para encontrar el rumbo cuando se navegaba sin ver tierra. El más primitivo fue seguir el vuelo de las aves; la navegación por el sol y las estrellas implicaba la idea de mapa.

  El transporte terrestre combinaba  la fuerza animal y la rueda. Los animales domesticados cumplían una nueva función: la de tirar de las carretas, sustituyendo a las mujeres en el arrastre de la azada, que se transformó así en arado.

  El primer desarrollo de la carreta de ruedas parece haberse dado entre los sumerios. Los egipcios utilizaban generalmente las embarcaciones, la rueda se introdujo muy tarde. La carreta y el arado permitieron a la agricultura extenderse a todas las llanuras abiertas. 

Fuente: Bernal John D. Historia Social de la Ciencia, Cap.III:"Agricultura y Civilización"

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