martes, 12 de julio de 2011

La esclavitud en Hispano-américa

   La esclavitud negra se introduce en América con el propósito de reemplazar en las Antillas a una población indígena que se extinguía rápidamente y de reforzar la fuerza de trabajo, debilitada en otros lugares del continente. Se pasó a considerar solamente el problema de la productividad y de la mano de obra, aceptando la esclavitud negra como fenómeno normal. Uno de los puertos de mayor comercio negrero fue Cartagena de Indias.

   La esclavitud era una institución social y económica conocida desde la antigüedad más remota. Había evolucionado partiendo de una forma posbélica, hasta llegar al dominio absoluto de un hombre por otro en el marco pre capitalista de la sociedad dela baja Edad Media. Es América la que da nueva forma y sentido a esta antiquísima forma de dominio del hombre por el hombre.

  Las primeras experiencias colonialistas de España y Portugal tuvieron estrecha relación con el tráfico negrero. Verlinden ha señalado la presencia  de mano de obra negra en las plantaciones y trapiches azucareros d la isla Madera en el siglo XVI; Portugal adquiere por esta misma época sus primeras posesiones en Guinea.

   Desde el siglo XIV las relaciones comerciales entre la península ibérica y el África mahometana del Norte fueron muy activas (Marruecos, Sevilla, Lisboa y Cádiz); el motor de todo esto era especialmente el oro, el trigo, el índigo, los esclavos mahometanos y negros. Cuando América entra en la escena histórica, está todo dado para que la corriente comercial que se estableció entre la Península y el nuevo continente tenga que relacionarse con la primera fase de la expansión, ya efectuada, desde la Península al África. Sevilla y Lisboa toman la directiva del comercio atlántico que se dirige a América.

   La importación de esclavos en gran escala obedece a causas estructurales e ideológicas profundas: todos los personajes importantes de las primeras posesiones españolas en las Antillas, pidieron al rey que enviara más negros a las islas. Se piden negros para hacerlos trabajar en las minas y lavaderos de oro, y se insiste en que esta mano de obra negra aliviará el peso que la población indígena está sufriendo al afrontar sola el trabajo que significa la producción de toda clase de bienes. otros agregan que el trabajo de un negro equivale al de cuatro u ocho indios. Las leyes de Burgos de 1512 no son otra cosa que una protección tutelar de parte de la Corona española hacia la población indígena; y se manifiesta en restricciones a la libre utilización de la mano de obra indígena.

   El aparecimiento y la consolidación de la esclavitud negra se efectúan en la región antillana, y se irá repartiendo sucesivamente en el resto de las regiones de América. La densidad de la población indígena antillana era relativamente baja y estaba aún en una etapa de desarrollo a nivel de la producción solo para la subsistencia y fines ceremoniales. Estaba menos preparada para soportar el régimen compulsivo de los primeros años de la ocupación europea: aumento de las horas y energías gastadas en trabajo, cambio  disminución de la dieta alimenticia e introducción de enfermedades exóticas.

   La primera etapa económica del período colonial americano fue "el ciclo del oro". Junto al trabajo de los lavaderos de oro surgió la necesidad de servicio para las casas señoriales y de auxiliares para los nuevos descubrimientos y conquistas; se necesitó más mano de obra para producir alimentos, cuidar ganados, transportar cargas, etc. Más tarde se requirieron más braceros para la explotación de las minas de cobre o de las plantaciones y trapiches azucareros. La población indígena no pudo resistir sola el peso inmenso que significaba toda esta producción. La esclavitud negra se impuso, pues, en la primera etapa de la expansión  española como una solución imperativa para la escasez de mano de obra.
Grabado hecho por De Bry: Indios derramando oro en la boca de un español
   Hasta 1570 aproximadamente el rey de España y el Consejo de Indias otorgaban a los conquistadores  una serie de garantías, regalías y excepciones, que se refirieron muchas veces a la esclavitud negra, recibieron autorizaciones para introducir cantidades considerables de esclavos negros en sus gobernaciones. El motivo era que a la mayoría de estos funcionarios les estaba vedado servirse de la población indígena para fines domésticos o comerciales. Aunque no pagaban derecho por su introducción y les estaba prohibido venderlos, esta última disposición casi nunca se cumplió.

   En el s.XVI la corona española siempre se veía en apuros económicos lo que la obligó muchas veces a confiscar las remesas de dinero de particulares, como conquistadores y mercaderes que llegaban a España desde la Indias. A cambio de estos préstamos forzosos pagaba un interés alto en juros, dichos juros se convertían luego en licencias para introducir esclavos negros en América.

Lugares de procedencia y principales destinos de los esclavos siglo XVI
y XVII.
   El sistema de juros vinculó directamente a los grandes conquistadores, que fueron también los primeros importadores de esclavos y los más importantes detentadores de la mano de obra negra.

   La esclavitud negra estaba pasando por dos momentos diferentes: el esclavo negro como mano de obra, y el esclavo negro como compañero y auxiliar del conquistador. Algunos grupos de negros participaron en las expediciones que descubrían y conquistaban. Los esclavos negros que participaron en la conquista fueron fácilmente aliados y auxiliares de los españoles, y muchos de ellos obtuvieron su libertad por este hecho.


Formas y evolución de la trata negrera

   En 1513 la corona española decide cobrar un impuesto por cada cabeza de esclavos que entrara a las Indias, lo que significó obtener una licencia/permiso previo a la introducción y al mismo tiempo fue el comienzo de una fuente de dinero impensada hasta el momento y cada vez mayor para la corona española. En pocos años la demanda de licencias creció en tal forma que los esclavos que llevaban los mercaderes portugueses a Sevilla para satisfacer la demanda de los reinos de Castilla no bastaron para América; entonces  se pensó en sacarlos directamente del África de una manera más rápida. 

   La Corona se reservó el privilegio de señalar de dónde se debían sacar los esclavos y a qué provincias o lugares de América se debían llevar para su venta; se podían sacar de Guinea o de cualquiera otra parte del Africa. Los negreros podían venderlos en Cuba, la Española 8actual Santo Domingo) y Jamaica, Yucatán y el resto de México. El aumento del contrabando a través del comercio negrero hizo que desde 1532 a 1589 no se volviese a otorgar licencias monopolistas, dado que encarecían el precio de los esclavos, y el comercio negrero quedó en manos de la Casa de contratación y del Consulado de Sevilla.

   En 1580 la corona de Portugal y de España quedaron unidas bajo el cetro de Felipe II, concediendo a los mercaderes portugueses el monopolio dela trata; con esto se intentaba solucionar en parte el problema de los fletes navieros y la falta de continuidad de la entrega de esclavos. Además se esperaba bajar considerablemente los precios. Felipe II y el Consejo de Indias decidieron entonces restringir las concesiones graciosas. 

  El primer asiento monopolista portugués fue firmado en el año 1595. Los esclavos podían ser extraídos de cualquier lugar, pero solo podían entrar a América por Cartagena de Indias. Entre las condiciones generalaes de los asientos se mantenía la prohibición de llevarlos a vender a Tierra Firme y las restricciones para Buenos Aires. En 1615 se agrega el puerto de Veracruz como puerta de internación. Los diferentes asentistas tuvieron sus preferencias, especialmente las Antillas, México y la costa atlántica de Venezuela y Colombia, produciéndose por esta razón una saturación del mercado y una sustancial baja de precios.

   Muchos otros lugares del imperio colonial fueron mantenidos con cuotas deficitarias de esclavos. Ecuador, Perú, Alto Perú, Tucumán, Río de la Plata y Chile reclamaban un abastecimiento más regular de esclavos. Como no lo conseguían, se abastecieron en forma ilícita a trabes del contrabando, organizado en gran escala en el Río de la Plata. El contrabando fue uno de los motivos del cese de los asientos portugueses, también desde el año 1599 la isla de Santo Tomé quedó en manos holandesas, por lo que los portugueses fueron perdiendo sus mejores posesiones en África y también el monopolio de la trata.

  Para 1640 la monarquía española está cada vez más débil, casi todas las potencias europeas tenían hacia esos años posesiones en África, menos España. El conflicto entre España  su antigua proveedora de esclavos fue aprovechado ventajosamente por Holanda, que llegó a obtener parte del flete naviero de Europa a las Indias. La falta de material naviero suficiente y de fuentes directas de extracción de esclavos fueron las causas determinantes que luego hicieron volver a los asientos monopolistas firmados con un solo mercader o compañía.

  Los nuevos asientos estipulaban cuotas anuales de negros que debían entrar en las Indias. Los derechos que pagaban los asentistas al rey por el monopolio se diversificaron en impuestos comunes, cobrados por los consulados u oficiales reales, y en la compra del monopolio propiamente dicho, para mantener este sistema resultó engorrosa la forma de licencia, y comenzaron a otorgar las concesiones a cambio de un pago del asentista por tonelaje de negros, en lugar de licencias por cabeza de esclavo. Los puertos principales de entrada fueron Portobelo, Cartagena, La Habana, Veracruz y Campeche.


Las compañías negreras


   A lo largo del s. XVII Portugal, Francia, Inglaterra y Holanda incorporaron al sistema económico de su expansión ultramarina el sistema comercial de compañías. El fin de la hegemonía holandesa es el año 1604, se firma un asiento con Bernardo Francisco Marín de Guzmán, un mercader de Caracas. La posibilidad de que el asiento fuera manejado desde las Indias entusiasmaba a la corona española, que creía de este modo recuperar su antigua autonomía y frenar el contrabando. Pero, Guzmán esperaba cumplir con el contrato a través de mercaderes y posesiones africanas portuguesas, para lo que había entrado en tratos con la llamada Compañía del Cacheo o Compañía Real de Guinea. Guzmán murió antes de firmar el contrato y la Compañía del Cacheo pidió la concesión. De este modo, los portugueses recuperaron el comercio de negros con América entre 1696 y 1705.


   Desde 1701 a 1713 el apoyo de Luis XIV, rey de Francia a su pariente Felipe V,como rey de España, trajo aparejada la preponderancia francesa en el comercio del imperio español y en especial en el de esclavos. La influencia política francesa está representada en el comercio negrero por la concesión hecha por España a la Real Compañía Francesa de Guinea en 1701. Las condiciones del contrato muestran claramente el estado de bancarrota de la real hacienda española; el rey participaba simbólicamente en la compañía, sin aportar nada pero pagando un interés anual. Los navíos y las tripulaciones podían ser francesas o españolas, podían llegar a casi todos los lugares de América, incluyendo algunos como Buenos Aires y Callao. En 1710 no pudiendo abastecer a las Indias de esclavos, la compañía se declara en bancarrota. 


   La Real Compañía obtenía sus esclavos de la costa de Guinea, que no proporcionaba la cantidad suficiente, por lo que se vio obligada obtener derogación de un de las cláusulas del contrato que prohibía sacarlos de las factorías de Mina y Cabo Verde, controladas por holandeses e ingleses. Cuando en 1706 consiguió por fin la derogación, ya era tarde para evitar la quiebra y la victoria total de Inglaterra.


   Inglaterra tenia capacidad marítima, capitales, territorios en África y estaciones en América, como para asegurar el normal abastecimiento de negros. La corona inglesa entregó el monopolio de la introducción de esclavos en Hispanoamérica a la South Sea Company (Compañía del Mar del Sur) por 25 años. La compañía fue organizada por banqueros y capitalistas ingleses, alcanzando su máxima prosperidad hacia 1719. El centro de acumulación y reparto de negros fue instalado en las islas Barbados y Jamaica. España e Inglaterra iniciaron acciones bélicas en 1718, 1727 y 1739. La compañía sufrió desmantelamientos y confiscaciones de las factorías instaladas en los puertos americanos.


  La guerra con Inglaterra de 1739 obligó a la corona española firmar algunos asientos con algunos particulares. Estas concesiones rompieron con el monopolio de la Compañía del Mar del Sur. La guerra de 1762 repercutió en las posesiones coloniales y precipitó la transformación de la trata. En 1764 se inauguró el sistema llamado de los navíos de correos, que puedieron llevar mercaderías libremente a muchos puertos; la supresión de antiguas formas facilitó la corriente comercial entre los más importantes puertos españoles y la región del Caribe. De la nueva guerra en 1779 se permitió que cualquier súbdito español pudiera importar esclavos desde España o de cualquiera de las potencias neutrales, exceptuaron el Río de la Plata, Chile y Perú.Terminada la guerra, en 1783, se volvió al sistema anterior, pero quedó un ambiente propicio a la libertad completa de la trata y se ampliaron las facilidades de importación fijando un precio máximo único para cada esclavo y reduciendo los derechos reales de importación. 


   Desde ese momento la presión por conseguir la libertad de la trata fue mayor y creciente. El rey Carlos IV, en el año 1789, decretó la libertad de comercio de negros para las provincias de Caracas, Cuba, Santo Domingo y Puerto Rico. En 1793 se autorizó a los súbditos americanos para que de las Indias pudieran pasar directamente al África en busca de negros, llevando productos de la tierra para pagar las transacciones y sin pagar derechos por ellos.


   La guerra con Inglaterra de 1804 y la iniciación del movimiento abolicionista de la trata inglesa, en 1807, repercutieron directamente en la importación de negros. La corriente negrera se suspendió casi absolutamente, pero esto no significó ni su extinción ni la abolición inmediata de la esclavitud.


Fuente: Mellafe, Rolando. "La esclavitud en Hispano-américa"

domingo, 10 de julio de 2011

La trampa hidráulica

   En los cuatro mil años transcurridos entre la aparición de los primeros estados y el comienzo de la era cristiana la población mundial se elevó de aproximadamente 87 millones a 225 millones de habitantes. Los cuatro quintos del nuevo total vivieron bajo el dominio de los imperios Romano, Chino e Indio. Había un límite en cuanto al número de personas y animales que podían contener los grandes valles ribereños de Egipto, la Mesopotamia, la India y China.

  China, la India, Mesopotamia y Egipto tenían sistemas similares de economía política y tenían una clase de burócratas centralizada y despóticos señores que se atribuían mandatos celestiales. Tenían excelentes redes de carreteras, ríos y canales mantenidos por el gobierno que unían cada caserío y cada aldea. Cada aldea contaba con una persona importante que servía de vínculo entre la aldea y la administración central. La propiedad privada era un don del Estado. El estado era "más fuerte que la sociedad". Tenía derecho a recaudar contribuciones, confiscar materiales y reclutar mano de obra.

   Estos imperios eran según Karl Wittfogel una "sociedad hidráulica". Cada uno de ellos se desarrolló en medio de planicies áridas o semiáridas y valles alimentados por grandes ríos. Mediante presas, canales, control de las corrientes proyectos de desagüe, los funcionarios desviaban el agua de estos ríos y la enviaban a las tierras de los campesinos. El agua era el factor más importante de la producción; en cantidades regulares y copiosas se obtenían elevados rendimientos.

   Wittfogel asocia la producción hidráulica y la aparición de inmutables despotismos de administración agrícola. Pero Harris considera que la agricultura hidráulica preindustrial condujo a la evolución: de burocracias agro-administrativas despóticas, dado que la expansión y la intensificación de la agricultura hidráulica dependían de los proyectos de construcción masiva que sólo podían ser llevados a cabo por ejércitos de trabajadores. El estado emprendía la construcción de extensas redes de canales afluentes y de desviación, para asegurarse de que hubiera agua suficiente en el momento adecuado; por otra parte asumía la construcción de presas, diques y zanjas de desagüe con el propósito de evitar los perjudiciales efectos de un exceso de agua. El reclutamiento, la coordinación, dirección , alimentación y albergue de las brigadas de trabajadores sólo pueden haberse cumplido a través e equipos obedientes a unos pocos líderes poderosos. Cuanto más grandes fueran las redes y las instalaciones hidráulicas mayor era la productividad total del sistema y la tendencia de la jerarquía agro-administrativa a convertirse en subordinada de una persona inmensamente poderosa que se hallaba en la cumbre.

   La burocracia tenia a crecer a expensas del bienestar del campesinado. La corrupción solía aumentar en relación con el número de años que una dinastía permanencia en el poder. Al poco tiempo se descuidaban las obras públicas los diques comenzaban a rezumar, los canales se llenaban de sedimentos y la producción disminuía. La dinastía ya no era capaz de proteger y sustentar a las masas campesinas, se volvía vulnerable a los "bárbaros", o a su propio pueblo en rebeldía. Entonces la dinastía se derrumbaba. Esto ocurrió repetidas veces en la historia de Egipto, Mesopotamia, la India y China. Pero los nuevos dirigentes sólo tenían una posibilidad si deseaban disfrutar de la riqueza del imperio: reparar los diques, limpiar los canales, reconstruir las presas y restaurar el modo de producción hidráulica. Así comenzaba un nuevo ciclo.

   La teoría de Wittfogel no se refiere al origen del estado sino al origen de la naturaleza altamente despótica y perdurable de determinados tipos de sistemas imperiales estatales. la historia dinástica de Mesopotamia confirma la aseveración de Wittfogel en el sentido de que a medida que aumentaba el alcance y la complejidad de las zonas hidráulicas, se incrementaba la "intervención del poder centralizador del gobierno". Karl Butzer rechazó la teoría de Wittfogel y afirma que ya se había alcanzado la etapa dinástica antes de que se produjeran inversiones en gran escala en la construcción hidráulica.

   Lo que sugiere la teoría de Wittfogel es que cuando ciertos tipos de sistemas de producción de nivel estatal experimentan una intensificación, pueden surgir formas despóticas de gobierno capaces de neutralizar la voluntad y la inteligencia humanas durante miles de años. También supone que el momento conveniente para una elección consciente sólo puede tener lugar durante la transición de un modo de producción a otro.

Fuente. Harris, M. Caníbales y Reyes, Cap. 13 "La trampa hidráulica"

viernes, 8 de julio de 2011

Isabel de Castilla

El martes 13 de diciembre de 1474 treinta nobles de Segovia se reunieron el exterior del castillo almenado de Segovia para esperar a la princesa Isabel de Castilla. Un día y medio antes -el 11 de diciembre- el rey Enrique, el medio hermano de Isabel había muerto repentinamente. Isabel, princesa de Asturias, es coronada como reina de Castilla.

   La muerte de Enrique dejó a Castilla desequilibrada, amenazada su integridad política, con la población hostigada por bandasde maleantes al acecho, los precios del pan y el vino por las nubes y la posibilidad de una nueva guerra civil.

   El impacto causado por la piedad religiosa de Isabel originaría dos corrientes de fanatismo devocional. Una acabó con las prácticas corruptas de la Iglesia Católica, inspiró una reforma nacional de las órdenes monásticas, y fortaleció a la Iglesia Católica española para que pudiera sobrevivir así a laReforma Protestante que se produciría durante el siglo siguiente. La otra corriente, bajo la forma de la Inquisición, contribuiría a la formación de la leyenda negra de España, basada en la intolerancia, el sadismo y la crueldad.

La Castilla de Isabel, un reino dividido

   Castilla en 1474 era un reino agrícola (trigo, cebada, avena, olivas), comerciaban lanas, cueros, aceites y hierro con Inglaterra, Flanes y Francia; de éstos obtenian: telas y herramientas. El reino de Aragón participaba activamente del mercantilismo Mediterráneo ya que tenía salida al mar por el este, a través de sus territorios de Cataluña y de Valencia. Castilla y Aragón eran países independientes con costumbres y leyes diferentes, incluso después de que isabel contrajera matrimonio con Fernando de Aragón.

  En la base de la península ibérica se extendía el reino de Granada, el último reducto de los moros, o musulmanes norafricanos. El papado del s.XV no compartía la tolerancia del Islam que era común en Castilla. la Iglesia se pasó instando a los reyes de Europa occidental a que lanzaran nuevas cruzadas contra el Islam.

   La Iglesia Católica medieval prohibía a los cristianos prestar dinero o practicar la "usura". Simultáneamente, los judios medievales fueron sometidos a la prohibición de trabajar en las profesiones "cristianas": carpinteria, herrería o construcción. Como consecuencia, las tareas de prestamistas, cobrador y financista cayeron sobre ellos. Su influencia y su riqueza engendraron la hostilidad de cortesanos y plebeyos cristianos.

Granada

  El 25 de noviembre se completaron los términos de la rendición de Granada. Los monarcas castellanos decidieron permitir que la vida cotidiana de los moros granadinos fuera muy semejante a como había sido bajo el dominio de los reyes musulmanes. Los funcionarios moros debian rendir cuentas al rey y a la reina de Castilla. Los ciudadanos moros conservaban el derecho de seguir luciendo sus vestimentas tradicionales, y de mantener su lengua y sus costumbres.

   El 2 de enero de 1492 fue elegido como nueva fecha para que los monarcas castellanos ocuparan Granada y para la finalización de la Reconquista que había durado casi ochocientos años. En ese día, la Cruz dominaría la Medialuna.

Fuente: Rubin, Nancy. Isabel de Castilla


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La civilización

La cultura ribereña

   Con la construcción de canales y presas, surge una nueva clase de agricultura, basado primero en el riego natural y luego en la irrigación por medio de canales.


   La aldea deja de ser la unidad económica natural. Las avenidas de agua no respetan sus límites, por lo que es preciso que muchos poblados trabajen unidos para la construcción de canales y presas, repartiéndose luego el agua; de esta manera aumentaban los beneficios de cada una de ellas. Esto supuso un nuevo adelanto en la producción de alimentos, permitió que un número mayor de personas habitaran un mismo territorio, lo cual condujo a un cambio en la organización social.

Extensión de la coordinación social

   La coordinación en un área mayor que una simple aldea era necesaria para que la agricultura funcionara a pleno rendimiento. Por ejemplo; cuando las tribus de las aldeas del Nilo se federaron o fueron conquistadas, hasta integrarse en una sola unidad económica,produjeron un suplemento de riqueza.

   La civilización sólo pudo originarse y echar raíces en los valles ribereños de agua abundante, para sus cultivos. Más tarde se fue propagando por la realización de obras hidráulicas para elevar el agua a canales elevados, excavando pozos y construyendo presas, pero hasta llegar a la Edad de Hierro nunca pudo salir de las llanuras de aluvión. Por eso las primeras civilizaciones estuvieron limitadas a cierto número de regiones favorables: Mesopotamia, Egipto, los valles del Indo, etc.

El origen de la ciudad

   La ciudad se diferencia de la aldea en que la mayoría de sus habitantes no son productores de alimentos que trabajan el campo, sino que son administradores, artesanos, comerciantes y trabajadores. Antes de que pueda fundarse una ciudad es necesario que la técnica agrícola haya alcanzado un nivel tan alto que pueda mantener con sus excedentes a los no productores de la ciudad, pero esta técnica exige una organización centralizada y supone un cuerpo de administradores que cubra cierto numero de aldeas. Aquella que contuviera el templo de dios totémico principal, se iría convirtiendo en la ciudad que recogería y almacenaría los excedentes de las restantes aldeas.

   Una vez establecida la ciudad aparece una nueva división: la que se da entre la ciudad y el campo. El suplemento que proporcionaba la nueva eficacia de la agricultura iba a parar a la ciudad y quedaba muy poco para los aldeanos.

La evolución de la vivienda

   Al principio las ciudades no diferían de las aldeas: se componían de chozas, un corral para los animales y una habitación para la familia, compuesta por personas de varias generaciones, sirvientes y esclavos.  A medida que crecía la población se iban añadiendo más cabañas en torno a un patio, generalmente dotadas de techo, que llegaron a ser las primeras casas verdaderas. Se comenzó a construir con ladrillos de barro, ya que con las cañas eran mas probable el peligro de incendios.

   La vida de la casa se centraba en el patio; las parees exteriores carecían de ventana. Luego aparecieron los pisos superiores y las ventanas. Los espacios entre casa y casa se convirtieron en calles. A medida que crecía la riqueza, con ella también crecía el peligro de guerra, por lo que se construyó una muralla. Ante la amenaza de lucha civil se construyó una fortaleza interior.

   La ciudad se construía en torno a un templo, en la que el dios era ayudado por sus sacerdotes. La institución de los dioses se origina de la exaltación de los simples espíritus del clan por la nueva riqueza disponible. Los sacerdotes formaron la primera clase administrativa, disfrutando de un estatuto definido y correspondiéndoles funciones muy importantes: organizaban la distribución del agua y las simientes, la siembra y la cosecha, el almacenamiento del grano, la distribución de los rebaños y el reparto de los productos.

  Era necesario un cuerpo de servidores del tempo para recaudar, almacenar y guardar los beneficios excedentes, así como realizar nuevas construcciones y obras de conservación. También personal para preparar ceremonias y fiestas. Estas actividades tendían a especializarse más y desligarse de la agricultura. Los albañiles  y carpinteros, los alfareros y tejedores, los carniceros, panaderos y licoreros se congregaban en torno al templo. La primera división del trabajo tuvo lugar cuando estos artesanos se dedican exclusivamente a esas tareas apartándose de la tierra. Luego, nuevos oficios como la joyería y la metalurgia se añadieron a los antiguos.

Las técnicas de la civilización

  Evolucionan las técnicas de la civilización con el descubrimiento de los metales, en especial el cobre y el bronce. Se comenzaron a producir instrumentos y utensilios metálicos, que eran mucho más valiosos y duraderos que los de piedra, al igual que las armas y por otra parte las vasijas metálicas podían ponerse al fuego sin romperse.

   La metalurgia del bronce, la plata y el oro parece haber sido una tarea especializada en manos de cerrados gremios de forjadores, que formaban un clan profesional. El uso de instrumentos metálicos, como el cuchillo, el cincel y la sierra, transformó el trabajo de la madera e hizo posible la carpintería y la albañilería a gran escala.

  Las primeras civilizaciones desarrolladas en torno a los valles fluviales de los grandes ríos, deben haber dependido sobre todo del transporte fluvial. Construyeron canoas y balsas primitivas, para luego construirse embarcaciones útiles para transportar mercancías en cantidad. Las primeras se impulsaban a remos o mediante bicheros. Hasta que se descubrió la vela, siendo prototipo de los molinos de viento y de agua, de las máquinas a vapor y de los aeroplanos.

   El comercio marítimo hacía necesario el aprendizaje de un método para encontrar el rumbo cuando se navegaba sin ver tierra. El más primitivo fue seguir el vuelo de las aves; la navegación por el sol y las estrellas implicaba la idea de mapa.

  El transporte terrestre combinaba  la fuerza animal y la rueda. Los animales domesticados cumplían una nueva función: la de tirar de las carretas, sustituyendo a las mujeres en el arrastre de la azada, que se transformó así en arado.

  El primer desarrollo de la carreta de ruedas parece haberse dado entre los sumerios. Los egipcios utilizaban generalmente las embarcaciones, la rueda se introdujo muy tarde. La carreta y el arado permitieron a la agricultura extenderse a todas las llanuras abiertas. 

Fuente: Bernal John D. Historia Social de la Ciencia, Cap.III:"Agricultura y Civilización"

jueves, 7 de julio de 2011

Historia y Literatura (artículo de Carlos Mayo)

   Un interesante artículo de este investigador, docente e historiador que salió en la revista Todo es Historia.

   [...] Antes de  entrar en la era científica, la historia y la literatura mezclaban sus aguas apaciblemente, destiñéndose una en la otra. Para el profesor Simon Schama, de Harvard University, los historiadores están condenados a perseguir y moverse entre las sombras del pasado, "dolorosamente conscientes de su incapacidad para reconstruir, en su totalidad, un mundo muerto". En su libro Dead Certainties (Certezas muertas), asocia resueltamente ficción con realidad. Schama resolvió introducir trozos de ficción en una narración que parecía ser histórica, afirmando que lo que en realidad ha escrito son "historical novellas".

   Los historiadores y los autores de obras literarias comparten algo muy importante: escriben, se manejan con las posibilidades y las limitaciones del lenguaje escrito. Como decía Jorge Luis Borges, ambos están contando historias, están narrando.

   Más aún, se podria decir que la obra historiográfica, como literatura es un producto de la imaginación. El historiador imagina el pasado, un pasado que no puede observar directamente, imagina el pasado pero a partir de las fuetes, según el profesor Gordon Wood, para quien imaginación e historia no son incompatibles.

  Pero, como bien apunta Schama, el pasado es irrecuperable y lo que pasa por historia es una reconstrucción de lo acontecido en buena parte imaginada, imaginada a partir de ciertos testimonios de época. El historiador está condenado a imaginar lo más fielmente posible la realidad, en cambio el escritor de ficción puede jugar libremente con ella, impostarla o ignorarla.

   Las fuentes históricas no son realidad histórica, son fuentes, vestigios del pasado, pero no los hechos mismos. Las fuentes son seleccionadas, el historiador elige y algunas son desechadas total o parcialmente, otras no, las transcribe textualmente o las reescribe, y las combina: no siempre en el orden en que las encuentra. El historiador las interpreta y a partir de ellas crea o recrea un proceso, establece relaciones entre sus datos, pondera, causas y efectos, juzga, explica. Se diría que la reconstrucción del pasado que el historiador ofrece se parece mucho a una invención. El novelista inventa sus personajes, su trama, el historiador inventa su versión del pasado. El relato del historiador remite siempre a una realidad mas o menos pretérita. Realidad pretérita que es inventada por el historiador en el intento del proceso intelectual de reconstruir el pasado.

  En síntesis, el historiador y el autor de obras literarias comparten algunos rasgos fundamentales. En primer lugar ambos escriben, en segundo lugar hacen lo mismo: narran, cuentan historias. Cada uno a su  manera inventa e imagina su relato.[...]

El origen de la agricultura

   Hace alrededor de 10.000 años tuvo lugar una revolución en la producción de alimentos que modificó el modo de existencia material y social del hombre; fué resultado de la crisis económica cazadora. Las dificultades con que los hombres tenían que enfrentarse conducían a la búsqueda de nuevos alimentos, tales como raíces y simientes de plantas silvestres.  Esta búsqueda condujo a la invención de la técnica de la agricultura.

   El origen preciso de la agricultura es objeto de conjeturas, todo señala que ha tenido que nacer en un período definido y en algún área limitada, probablemente en Oriente Medio. El cultivo de granos pudo haberse originado en alguna región en la que la producción silvestre de granos fuera lo suficientemente abundante como para ser recogida por las mujeres y almacenada en canastos en depósitos permanentes. El invento de la agricultura, es un hecho accidental. Esto supone cierta estabilidad de asentamiento, determinada por la limitación de tierra llana en los bosques o de la tierra regable en el desierto.

  Como la recogida de grano era cosa de mujeres, es probable que la agricultura fuera un invento femenino,pues se realizaba con la azada, derivada del palo de cavar que utilizaban las mujeres del paleolítico para arrancar raíces. En la medida que predominaba la agricultura, crecía el status de la  mujer, en contra de la tendencia suscitada por la caza, alteraba el principio de identificación de parentesco por  la madre (matrilineal). Solamente cuando fueron corrientes los almacenamientos de alimentos, pudo venir una transición total al patriarcado.

  La agricultura primitiva debió haber consistido en un mero rastrojar la maleza o el cultivo de tipo hortícola, realizado en pequeñas extensiones desbrozadas temporalmente y luego abandonadas, era una especie de agricultura nómada. El hombre al practicar la agricultura dominó la naturaleza animada mediante el conocimiento de sus leyes de reproducción. Comparada con la caza, que era una tarea contínua; la agricultura dependía de las estaciones. La población estaría disponible para otras tareas la mayor parte del  año.

Las artes del campo y del hogar

   Las nuevas técnicas que se desarrollaron con la agricultura como sembrar, escardar, segar, trillar, almacenar la cosecha, moler, cocer y hacer fermentar, trajo aparejada todo un conjunto de técnicas auxiliares, como la de tejer  por tener grandes provisiones de lana y lino; o la alfarería y construcción de chozas, que nacieron de las necesidades de una ocupación permanente. Tejer, tanto como fabricar canastos, comenzó a ser un objeto de reflexión, en el que está la base de la geometría y de la aritmética. El hilado fue la primera operación industrial que supuso rotación y que a su vez condujo al uso de la rueda.
   En una comunidad agrícola, la tierra, el ganado, las chozas y los graneros fueron siempre bienes más o menos fijos. El principio en vigor era el de la distribución igual dentro de cada grupo; los intercambios rituales entre grupos  (bodas). El trueque, sustituyó al intercambio ritual y los individuos empezaron a reclamar los bienes producidos por ellos, naciendo así la propiedad privada. Originándose así las desigualdades en la riqueza, y su estado siguiente: la formación de clases sociales.

El trabajo

  La agricultura introdujo también el concepto de trabajo. La transición de la caza, (donde quien cazaba lo hacía para obtener el alimento que el y los suyos consumirían rápidamente), a la agricultura es lo que consideramos "la caída del hombre". El hombre ha perdido el "paraíso", el "edén", esto es, la llanura ola alegre zona de caza, y empieza a trabajar para ganar el pan con el sudor de su frente.

El período neolítico

   El período comprendido entre el primer invento de la agricultura y la fundación de las ciudades, se conoce como Baja Edad de Piedra o período neolítico. Así llamado por el uso de instrumentos de piedra tallada y pulimentada.

   Parece que las culturas neolíticas existentes pueden haber nacido de dos modos diversos: algunas pueden ser la continuación directa de la primitiva cultura neolítica, esparcida desde los centros originarios en el Oriente Medio. Otras pueden derivarse de pueblos mucho más tardíos de la Edad del Bronce que emigraran a regiones en las que se vieran aislados de los productos de sus ciudades de origen.

   Con la cultura neolítica el hombre había alcanzado un nuevo equilibrio, con los productos del suelo y del clima.

Fuente: Bernal, John D. Historia Social de la Ciencia.

El Historiador

   Al historiador le interesa conocer un sector de la realidad, la historia tiene como objetivo el esclarecimiento racional de ese sector. Sin proponérselo la historia cumple una función: la de comprender el presente.

   Desde que empezó a vivir en comunidad el hombre tuvo que crear interpretaciones conceptuales que explicaran su situación ante el mundo en un momento dado, lo hizo a través del lenguaje. En los pueblos primitivos se originó a través del mito, trazaban el orígen de la comunidad. Agunos invocaron leyendas para justificar su presencia en un determinado lugar. Algunos pueblos, por ej. atribuyen su orígen a un antepasado divino, semejante al hombre, cuyas actividades, fundadoras de costumbres y o instituciones, narran los mitos. El toteismo remite a la génesis de una colectividad humana: hay clanes que nacieron de un determinado animal, otros, de otro; esto explica la peculiaridad de sus caracteres y hábitos. Pareciera que, de no remitirnos a un pasado, el presente resultara incomprensible.

  La función que cumplía el mito en las sociedades primitivas la cumple la historia en las sociedades desarrolladas. La historia quizás nazca,  como lo notó Marc Bloch, de lo que él llamó: "ídolo de los orígenes" o "ídolo de los principios"; esto es la tendencia a pensar que al hallar los antecedentes temporales de un proceso, descubrimos también los fundamentos que lo explican.

   Entonces, la historia admite que el pasado da razón del presente; pero a la vez, supone que el pasado sólo se descubre a partir de aquello que explica: el presente. El presente plantea los interrogantes que incitan a buscar el pasado. Es frecuente que los intereses particulares del historiador ligados a su situación, dirijan intencionalmente la selección de datos, la argumentación y la interpretación, a modo de demostrar la existencia de una situación pasada que satisfaga sus intereses.

   La historia ofrece a cada individuo la posibilidad de trascender su vida personal en la vida de un grupo. Al hacerlo, le otorga un sentido y una forma de perdurar en la comunidad. La historia es también una lucha contra el olvido.

Fuente: Luis Villoro (pag.35-52)